19.3.07

Qué fantástica fantástica esta siesta

*Lo malo de ir a trabajar es que uno no puede dormir la siesta con la gente que quiere.
*Dormir la siesta con los compañeros de oficina es una cosa, como mínimo, ingrata.
*El jefe siempre se duerme primero, y no es nada agradable verlo con la camisa enroscada, ladeado sobre un costado y babeando.
*Al que ronca, le descuentan un 0,3% de sueldo a fin de mes. Pero si el jefe ronca, le pagan lo que nos descuentan a todos los demás.
*Los sueños se vuelven confusos. Uno al final no sabe si la carpeta azul la necesitaba el flaquito de contabilidad, o nos la dio el bigotudo de mesa de entradas.
*Además, después hay que preparar estadísticas ridículas para presentar en la reunión mensual de la compañía, como un análisis sobre el pasto que consumen diez ovejas en media hora y sus equivalencias con el uso del papel carbónico.
*Las ovejas negras están fuera de la cuestión.
*Y que nunca nunca te toque dormir la siesta cerca de la puerta, porque llegan cartas continuamente y el cartero te despierta para firmar su planilla.
*Y lo peor es cuando encima te mandan después de hora a recuperar la siesta que no dormiste.