1.12.11

Lecturas de NOVIEMBRE 2011

*Tres colores, de Angélica Gorodischer.
*En el arca a las ocho, de Ulrich Hub.
*Impureza, de Marcelo Cohen.
*La casa de papel, de Carlos María Domínguez.
*La imperfección del amor, de Milena Agus.

1.11.11

Lecturas de OCTUBRE 2011

*Materia dispuesta, de Juan Villoro.
*Billie Luna Galofrante, de Antonio Malpica.
*The Hunger Games, de Suzanne Collins.
*Lecciones de poesía para niños inquietos, de Luis García Montero.

16.10.11

Self exploring (en tres ítems)

*Soy la persona más contradictoria que conozco. Y también conozco a otros más contradictorios que yo.
*Soy la persona más dubitativa que conozco. ¿O no?
*Soy rápida. Pero esta es la última de las conclusiones a las que llegué.

3.10.11

He visto un lindo zorrito!

El zorrito hace tiempo que no aparece por acá. Seguramente las fiestas de primavera en las terrazas lo tienen distraído.
Mientras tanto, unas imágenes que recibí. Parece que no soy la única que se lo encuentra...

*

Esta es de Claudia Degliuomini.
*
Esta es de Victoria Bayona.
*
Esta es de Fernando Calvi.
*
Esta es de María Inés Garibaldi.

¡Gracias a todos!
Esta noche, de todas formas, dejo el dulce de membrillo afuera, a ver si lo tiento!

1.10.11

Lecturas de SEPTIEMBRE 2011

*The Adventures of Captain Underpants, de Dav Pilkey.
*Doquier, de Angélica Gorodischer.
*El azogue, de China Miéville.
*Kryptonita, de Leonardo Oyola.

1.9.11

Lecturas de AGOSTO 2011

*Querido amigo, de Angélica Gorodischer.
*La vida nueva, de César Aira.
*El disparo de argón, de Juan Villoro.
*The Trolls, de Polly Horvath.

17.8.11

Alegría de zorrito

Casi no lo escucho, pero me levanté para ir al baño y por las dudas me asomé a la cocina. Lo estaba esperando. Le había dejado especialmente unas almendras frescas y una factura con membrillo.
El zorrito de cocina estaba cerrando un paquete con un hilo. Y parecía bastante enredado.
—¿Te ayudo? —ofrecí.
—Ante todo, decile al cocodrilo ese que orejón su tatarabuelo dinosaurio.
—Bueno, creo que tenemos que agradecer que no le gustamos...
—Si serás tonta a veces, eh.
—¿Gracias por lo de a veces?
El zorrito finalmente logró hacer un nudo con el hilo. Y yo logré reponerme un poco:
—No sé cómo se combate un cocodrilo de bañadera. No estaba en el contrato de alquiler. Tal vez convenga avisarle al dueño.
El zorrito hizo uno de sus típicos tsk tsk. Me dio un papelito y el paquete.
El papelito decía:

Cosas que te dan alegría inmediata:
*El olor a tostadas.
*La risa de los sobrinos.
*Un rato de buena lectura.
*La siesta al sol.
*Un abrazo.
*La luna.
*El mensaje que te mandó un amigo el otro día. 
*El chocolate con mazapán.
*Papeles de colores.
*Esa cancioncita.
*Un anillo perfecto.
*El perfume del jazmín chino que está por florecer en estos días.
*El queso.
*Esos lunares.
y así.

—Es para que la sigas vos la lista. Y para contrarrestar esa de los miedos del otro día, que no me gustó nada.
—Estoy segura de que no lo hizo con mala intención el cocodrilo. Hay días así, donde uno está más miedoso, ¿o me vas a decir que a vos no te pasa?
Me miró fijo. Hizo tss tss esta vez, como diciendo "no sé de qué hablás" o "mejor ni te cuento".
Abrí el paquete.
—Pero... estas son mis propias antenitas de los cumpleaños. ¿Cómo me regalás algo que ya es mío?
—¿Todo te tengo que explicar? Es para que no te olvides de usarlas hoy. Más que nunca. Los zorritos solo regalamos cosas importantes en los cumpleaños.
Guardó en su bolsillo zorrito todas las almendras que le entraron y se quedó con la factura en la mano.
Cuando se estaba yendo por la ventana dijo:
—Ah, y estás invitada a la próxima fiesta en la terraza. Inauguración de temporada. En primavera.
Me volví a la cama. Y solo tuve sueños alegres por el resto de la noche. Y un poco emotivos también.

3.8.11

Miedo de cocodrilo

Lo vi por última vez hace casi un año. Por eso me había olvidado y entré como si nada al baño y pegué un salto y un grito (todo a la vez) y revoleé el cepillo de dientes que ya tenía en la mano.
Es que un cocodrilo en la bañadera, muy pancho, tirado panza arriba, tomando un trago, como si estuviera en una playa del caribe no es algo que se vea todos los días. Que mi casita será un poco desordenada, pero no es un zoológico.
No bien se acabó mi grito, preguntó:
—¿A qué le tenés miedo vos?
Entonces me quedé muda.
—Che, no es una pregunta tan difícil. A ver, empiezo yo... ¡No! La idea es que vos hagas una lista. Y te arregles un poco el pelo, que lo tenés hecho un desastre.
—Ah, me voy acordando de lo lindo que es charlar con vos. ¿Qué querés? Son las dos de la mañana, tuve un día complicado, no hay peinado que dure hasta esta hora.
—Yo sé que no te peinás a ninguna hora. —dijo bajito, mirando para el frente, donde debía estar viendo olas imaginarias, como si nada.
—Bueno, a veces... un poco... uso crema de enjuague... —me recompuse—: igual, a mí me gusta mi pelo. ¡Y fui hace poco a la peluquería!
—'Ta bien, 'ta bien, manejate —dijo sacudiendo una garra suavemente, como si estuviera desmereciendo mi afirmación o espantando algún mosquito playero de su mundo de fantasía—. Igual, no vine para eso. Vos sabrás lo que tenés en esa cabeza. Yo vine a tirarte ideas para listas, porque este blog me da pena. Y decí que ese zorro es muy orejón para mi gusto, que si no, un día me lo zampo de un bocado y ahí te quiero ver. Pelado el blog, como van a quedar los huesos del zorrito ese. Y la primera es esa: ¿qué cosas te dan miedo?
Te dejo la inquietud.
Y ahí nomás se zambulló, como la otra vez, como si fuera en la pileta del hotel de sus sueños, a través del desagüe de la bañadera, y desapareció.
Tardé un momento en reaccionar. Levanté el cepillo de dientes, lo enjuagué, y mientras ponía dentífrico para lavarme empecé a pensar...

Lista de cosas que me dan miedo
*Las alturas.
*El viento.
*Las mandíbulas de los perros que son más grandes que mi mano.
*La oscuridad.
*Los pensamientos repetidos.
*Los pensamientos oscuros.
*El dolor de huesos.
*La tintura de pelo.
*Los vidrios en la playa.
*Perder un papel, una lapicera, unas llaves.
*El miedo.
*Perderte.
*Perderme.

1.8.11

Lecturas de JULIO 2011

*El hombre del toque mágico, de Stephen Vizinczey.
*Floreros de alabastro, alfombras de Bokhara, de Angélica Gorodischer.
*Tumbas de jaguar, de Angélica Gorodischer.
*Margot. La pequeña, pequeña historia de una casa en Alfa Centauri, de Toño Malpica.
*Chamario, de Eduardo Polo, ilustrado por Arnal Ballester.
*El gran zoo, de Nicolás Guillén, ilustrado por Arnal Ballester.
*Nothing is Simple, de Sempé.
*Everything is Complicated, de Sempé.

14.7.11

Del asombro ante todo

*"I don't know about you, but I practice a disorganized religion. I belong to an unholy disorder. We call ourselves 'our lady of perpetual astonishment'."
Kurt Vonnegut. A man without a country

*"La novela se llamaba La incertidumbre y tenía un acápite de Muriel Spark: 'Wonders never cease'."
Angélica Gorodischer. Tumba de jaguares

*"Fue Parcino quien descubrió la paradoja: lo único realmente sorpresivo, en ese momento, habría sido no recibir más sorpresas."
Eduardo Abel Gimenez. Un paseo por Camarjali

*"But then a sharp stab of something, excitement maybe. It is the prospect of adventures to be had."
Polly Horvath. My One Hundred Adventures

*"Have been unavoidably detained by the world."
Neil Gaiman. Stardust

*"A Jeff le pareció que la vida era demasiado incomprensible como para entrar en clase."
Louis Sachar. Hay un chico en el baño de las chicas

*"The answer is huge." Don Draper en Mad Men (s2e5)

1.7.11

Lecturas de JUNIO 2011

*El hilo, de Eduardo Abel Gimenez y Claudia Degliuomini.
*La bella Griselda, de Isol.
*Aventura, de Jack London.

13.6.11

Zorrito en estado salvaje

En la madrugada oscura del invierno cercano escucho ruidos y ruidos en la cocina. Voy, nada sigilosa:
—¿Qué te pasa, Zorrito?
Está revolviendo el cajón de los cubiertos, sin ver nada en realidad, ensimismado. Casi diría que hace un puchero con la trompa, si es que no se tratara de un zorrito de cocina de pelo rojo.
Insisto con mi pregunta. Deja de revolver y me mira.
—No encuentro la bombilla —dice con una mirada desconsolada que no le había visto nunca.
—No te entiendo, Zorrito. No tomás mate. ¿Para qué la querés?
Hace uno de sus habituales chasquidos con la lengua. Ese que suena a tsk y que interpreto como "nunca entendés nada". Sigue revolviendo. Sus garras, diminutas pero filosas, hacen un ruido extraño entre mis cubiertos. Aprendí hace poco que lo mejor es el silencio para que el otro se largue a contar, así que sin decir más nada me acerco al escurridor y le doy la bombilla limpia.
Tendrían que haber visto porque es imposible de describir: en una milésima de segundo su cara fue de la alegría y la sorpresa más genuina a la desesperación más absoluta. Soy incapaz de repetir el gesto, si es que hubo gesto. Tal vez solo lo vi en sus ojos. Pero así fue. Y entonces, con un hilo de voz, como si estuviera viendo un fantasma (cosa que no creo que amedrente en nada a un zorrito de cocina de pelo rojo), dijo:
—La lavaste.
Nunca vi a nadie tan desilusionado por mis tareas de ama de casa. Incluso fue peor que la cara de cuando invito amigos a comer y hago salsa putanesca y me olvido las anchoas, la albahaca y el pimentón. Era obvio que la había lavado, no podía negarlo, pero tampoco podía entender tamaña desgracia.
—... —Volví a probar eso de quedarse en silencio.
El zorrito se sentó en la mesada, las patitas le colgaban. Todo él parecía desinflado. El hocico miraba al piso. Juraría que tenía los ojos vidriosos. Me hubiera gustado abrazarlo, pero sé que los zorritos son bastante ariscos a esta clase de demostraciones. Me quedé inmóvil. Él miraba la bombilla como si fuera un agujero negro que le hubiera chupado toda su energía.
Por supuesto, de la teoría a la práctica... no aguanté más:
—¿Me podés explicar qué te pasa, Zorrito? Acá hay nueces, mirá, las dejé para vos. Te estaba esperando. Hay casi luna llena. Quiero bailar un rato. Tengo un malvón nuevo. No arreglé la canilla del baño.
Claro, cuando me pongo nerviosa hago lo opuesto al silencio.
Por fin, el zorrito me miró.
—No entendés nada —dijo con los dientes un poco apretados, pero no de enojo, si no para contener una emoción que se le quería escapar por la garganta.
Ahí me callé de vuelta y él me explicó:
—Ahí había escondido las semillas... —y de pronto, volvió a ser el zorrito que conocía—, tks —hizo con la lengua—, ¿todo te tengo que explicar?
Yo rumié un sí.
Entonces me dio un papel con una lista que decía:

Ciclo de amor de los zorritos
*Los zorritos se enamoran en invierno. Pasan los días y las noches en pareja. Especialmente a la hora de la siesta, que les encanta dormir enredados. En una pareja de zorritos durmiendo una siesta es imposible saber a quién pertenece cada pata. Esto prepara el pelaje para la primavera. Los zorritos que por algún motivo pasan el invierno solos, para septiembre tienen un pelaje un tanto desteñido y débil. Por supuesto, hay métodos alternativos para evitar esto pero eso no es importante ahora.
*En primavera los zorritos tienen a sus cachorros. Comienza la sociabilización del cachorro. Es muy común ver grupos enteros de zorritos correteando en la brisa primaveral. Es cuando aprenden todo lo que tienen que saber. Acá las familias se integran, la pareja se diluye un poco como tal, y varios cachorros andan juntos. Toda la manada cuida de ellos. Para fines de la primavera empiezan las fiestas en las terrazas.
*En verano ya casi no hay diferencias entre los zorritos, salvo los muy mayores que son tema para otro día. Los demás se dedican a bailar en las terrazas y corretear bajo la luz de la luna o las estrellas. La vida del zorrito que conocemos. No andan en pareja, pero sí se sonríen de una punta de la pista a la otra cuando se encuentra una pareja de invierno en una fiesta, nunca se pierde el encanto entre ellos si durmieron lindas siestas.
*En otoño, los zorritos se cortejan con regalos especiales, como semillas, dibujos y palabras.

—¿Entendés ahora? ¡Ahí estaban mis semillas!
—¿Lo que te pasa es que estás enamorado? Te ponés un poco sonso, tengo que decirte...
Ni siquiera me miró.
—Ah, porque vos no.
Traté de negarlo, pero no me salían las palabras, claro. La estrategia más obvia era cambiar de tema.
—Pero puedo ayudarte todavía. Lavé las semillas que habías escondido adentro de la bombilla —¡con razón hacía días que estaba tapada!— pero tengo algo que le va a encantar a esa zorrita.
Me fui a mi escritorio y rebusqué en el cajón. Encontré una tiza de color amarillo. Le hice un moño con una cinta alrededor y se la di al zorrito.
Los ojos le brillaban de la emoción.
—¿Es lo que yo creo que es? ¿Es una máquina de hacer dibujos?
Me quedé un instante. Traté de explicarle:
—Bueno, técnicamente, máquina no es... los dibujos los hacés vos... o ella... en la vereda...
Pero era inútil. El zorrito saltaba de contento.
En uno de los saltos me dio con el hociquito en la mejilla. Juraría que fue un beso de zorrito, pero no quiero abusar de mi suerte. Ya estaba por salir por la ventana, cuando me dijo:
—Ya sé que viene el invierno y eso, pero no me gustan nada esas pantuflas de corderito que tenés. Fijate.
Balbuceé algo pero no tenía muchos argumentos a mi favor.
—Cuando conquistes a tu zorrita avisame, que les dejo de regalo unas facturas de membrillo especiales.
Puso la tiza con mucho cuidado en su bolsillo zorrito. Agarró una nuez del montón y la guardó en el otro bolsillo. Hizo un tks tks breve y salió. Alcancé a gritarle:
—¡Juro que nunca me visitó un corderito!
Y me volví a la cama arrastrando mis pantuflas.

1.6.11

Lecturas de MAYO 2011

*Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza.
*Slam, de Nick Hornby.
*Solo tres segundos, de Paula Bombara.
*El bastón de plata, de Martín Blasco.

1.5.11

Lecturas de ABRIL 2011

*The Sirens of Titan, de Kurt Vonnegut.

30.4.11

Formatos

En estos días leí:
*Revistas encuadernadas en volúmenes de tapa dura en la biblioteca.
*Una novela en encuadernación rústica.
*Unos artículos fotocopiados.
*Unos originales en el lector digital.
*Blogs en la pantalla de la compu.

1.4.11

Lecturas de MARZO 2011

*La casa de Javier, de Laura Devetach.
*El último dragón, de Gustavo Roldán.
*De cómo el diablo se casó con tres hermanas..., de Graciela Repún.
*Fuera de mi mundo, de Lydia Carreras.
*Cómo cocinar un plato volador, de Sergio S. Olguín.
*La eternidad no está de más, de François Cheng.

1.3.11

Lecturas de FEBRERO 2011

*Sirio, de Olaf Stapledon.
*8.8, el miedo en el espejo, de Juan Villoro.
*El caballero que cayó al mar, de H. C. Lewis.
*When the Circus Came to Town, de Polly Horvath.
*La mujer en la luna, de Milena Agus.
*Walk Two Moons, de Sharon Creech

8.2.11

Lista de blogs nuevos!

Sí, sí, anda un poco lento este blog, pero es así, cada cual con su ritmo.
Mientras tanto, las sucursales aparecen:
*Postales de lecturas, con citas y fragmentos de lecturas y lecturas.
*Hojas sobre la almohada, con un picadito de cosas que no entran en otros lados: comentarios al paso, reflexiones pavotas, notas cotidianas, música, videos y así. Además, linkerío central de los otros blogs e info.
Los invito a que pasen y lean. 

1.2.11

Lecturas de ENERO 2011

*Señorita, de Hebe Uhart.
*Estocolmo, de Iosi Havilio.
*Reckless, de Cornelia Funke.
*El sabotaje amoroso, de Amélie Nothomb.
*Desarticulaciones, de Sylvia Molloy.
*Hay un chico en el baño de las chicas, de Louis Sachar.
*Someday Angeline, de Louis Sachar.
*Sixth Grade Secrets, de Louis Sachar.
*Comelibros, de Lluís Farré.
*Bifocal, de Pablo Bernasconi.
*Una respuesta para Alicia, de Diego Javier Rojas. 
*El señor del paraguas, de Fabiana Margolis y Agustín Comotto.
*Letra por letra, de Liza Porcelli Piussi y Eugenia Nobati.
*Fonchito y la luna, de Mario Vargas Llosa.
*Pantuflas de perrito, de Jorge Luján e Isol.

29.1.11

Disparo

Con solo dos pasos se acomoda y dispara sin dudar. Puntería impecable. La bala sale certera,
*atraviesa las paredes los vidrios los silencios los misterios,
*cruza el océano las montañas las ideas la nostalgia un bosque un campito,
*hace un silbido ensordecedor a su paso que marchita las flores rojas las canciones los recuerdos,
*destroza la carne las venas la memoria la sangre el hueso los órganos,
*y da en el blanco que nadie quiere ver: el punto que se oculta detrás de la palabra fin.

Equilibrio

De pronto, como si nada, se logra el equilibrio perfecto. Pero de tan perfecto y casi casual es el equilibrio más susceptible a romperse. Puede desequilibrarse así de fácil,
*por el aleteo de un pájaro,
*por una carta que llega a destiempo,
*por una luz demasiado intensa que se prende de golpe,
*por una picazón en el codo izquierdo,
*por una palabra dicha en un tono un poco más agudo que el habitual.

1.1.11

Lecturas de DICIEMBRE 2010

*El frío modifica la trayectoria de los peces, de Pierre Szalowski.
*El mejor mundo posible, de Milena Agus.
*La extraña desaparición de Esme Lennox, de Maggie O'Farrell.
*Stardust, de Neil Gaiman.
*My One Hundred Adventures, de Polly Horvath.
*A Man Without a Country, de Kurt Vonnegut.