*Levantarme, por supuesto, cuando sonó por primera vez el despertador. (Juro que todos los días lo intento.)
*Esperar el colectivo como media hora (problemas gremiales de los choferes) conversando con dos vecinas y el policía de la esquina, acerca del fútbol del fin de semana y los maridos y la cantidad de televisores que hay en cada casa para que cada uno vea lo que quiere (por supuesto que no aclaré que ni siquiera tengo televisión), el precio de la carne, los viejos negocios del barrio que cerraron y ¡los comisarios de la zona! (No me pregunten como, pero me vi envuelta en esa conversación.)
*No tomar un café después de almorzar, con el olor tan rico que tiene el café recién hecho.
*Comunicarme con el banco.
*Viajar una hora en el colectivo sin libro (el que había llevado me lo terminé en el viaje de la mañana, para distender de la conversación, y me olvidé de agarrar alguno del laburo).
*Aguantarme de liquidar toooodo el chocolate que me queda de pascua.
*Comer comida china (incluye arroz) al lado del teclado de la computadora. Si volqué cuando pasé el resto de arroz del taper a la sartén, si volqué cuando lo pasé de la sartén al plato, si volqué tratando de apagar la luz de la cocina con las manos ocupadas ¿qué me hacía pensar que no iba a volcar al lado del teclado? ¿eh?
*Terminar este trabajo que tengo pendiente, antes de que lleguen las doce y me convierta en calabaza.
29.3.05
Tareas difíciles del día de hoy (en orden de aparición)
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