Por supuesto que a la noche, antes de acostarse, Giruso también sigue sus rutinas siempre siempre:
*lava los platos y los deja secar solos. Salvo que a veces no lava los platos y los deja para que los lave el gato.
*le da una galleta de lechuga al canario.
*se rasca la cabeza dos o tres veces. (Aunque a veces se rasca cuatro y a veces ni se rasca.)
*antes de lavarse los dientes, se come un pedacito de chocolate amargo en el balcón, mirando la noche. A veces come dulce de membrillo con queso, pero eso lo hace mirando la tele un rato. Y a veces no come nada, pero se pone a doblar pajaritos de papel.
*se lava los dientes, se pone el pijama, prende el velador, apaga las luces, se mete en la cama y lee un rato. Y en algún momento, cuando ya se está quedando dormido, apaga la luz del velador, deja el libro, le dice buenas noches al gato y al canario y se acomoda para descansar. Y justo un segundo antes de dormirse, en ese lugar extraño de la duermevela, sólo por un instante, el bicho colorado de la duda le pregunta despacito al oído “¿qué pasa del otro lado?” y mientras cae en el sueño más profundo se repite que mañana seguro seguro va a ir a ver.
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31.8.06
Rutinas III
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