Tengo ganas de comer tarta de choclo. Tengo masa de tarta y choclo en lata para el relleno, pero descubro (¡para variar!) que el jamón y el queso están recién recién vencidos. Entonces decido cambiar por una tarta de jamón, queso fresco y roquefort.
*Cual chef de televisión corto los quesos y el jamón en cubitos. Tengo aparte en un bowl dos huevos batidos.
*Mezclo todo y condimento.
*Echo el relleno sobre la masa ya ubicada en la tartera y descubro... oh! lo ralo del paisaje... la chatura de la tarta... los vacíos incómodos que deja el relleno, sólo iluminados por el huevo que se escurre...
¿entonces? No me resigno.
*Amontono todo el relleno en una mitad.
*Despego con dificultad la masa de la tartera y la doblo sobre sí misma, como si fuera una empanada gigante, o un calzón, o media tarta con tapa, bah.
*Al horno y después a la mesa.
No puedo decir que no estaba rica, pero entrar a la cocina pensando en una gordita y humeante y prolijita tarta de choclo y salir con esto...
En esos momentos me alegro de ser el único comensal en mi hogar y que nadie dependa de la alimentación que le brindo.
(Bueno, sí, a las plantas las riego regularmente y hasta les pongo fertilizante cada tanto. Eso no cuenta, ¿no?)
15.7.05
Cosas que pasan en la cocina
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