Esta mañana, justo al filo de despertarme del todo, te busqué en la cama.
*Moví un pie despacito primero, buscando tus pies, y como no estaban estiré la pierna hasta tocar la cómoda con el dedo gordo.
*Con el otro pie intenté encontrarte del otro lado, pero nada. Abrí la cómoda, revolví en el cajón de las medias, llegué hasta el living, la cocina, la puerta de entrada... y nada.
*Entonces estiré un brazo hasta un borde del colchón. Pasé por arrugas de sábana, por valles y montes, por ríos y lagos. Llegué hasta el pico nevado de la montaña más alta y te hice señas entre los esquiadores, pero no estabas ahí.
*Estiré el otro brazo hacia el este de la cama. Bajé hasta el subte, caminé las vías con los dedos a ver si te habías quedado en un pozo de sueño. Subí escaleras, crucé la ciudad, llegué al mar y me trepé en un barco para buscarte entre los marineros. Y tampoco estabas.
Me pregunto qué será de vos esta mañana, que no estás ni entre los pliegues de mi sueño.
24.3.08
Extremos
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